La reforma al Poder Judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que plantea la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular, ya fue aprobada en la Cámara de Diputados con el apoyo mayoritario de la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena, PT y PVEM). Actualmente, el Senado de la República está analizando la reforma, y se espera que se someta a votación el próximo miércoles.
En el Senado, Morena está a un voto de obtener la mayoría calificada para aprobar la reforma, por lo que han intensificado los esfuerzos para convencer a legisladores de la oposición. Alejandro Moreno, dirigente del PRI, denunció ayer que los senadores de su partido han sido objeto de presiones y amenazas por parte del oficialismo, incluyendo ofertas de millones de pesos y amenazas relacionadas con el uso de las Fiscalías y el Instituto Nacional Electoral para presionar a los legisladores y sus familias. Según Moreno, estas tácticas buscan que los priistas cambien su voto o se ausenten durante la votación.
En respuesta, el senador de Morena y exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, negó las acusaciones de amenazas o presiones, aunque admitió que ha mantenido conversaciones con senadores del PRI para tratar de convencerlos de la importancia histórica de apoyar la reforma judicial. Al ser cuestionado por la prensa sobre si se han ofrecido incentivos a los legisladores opositores, López Hernández aseguró que no se ha ofrecido nada a cambio.
A pesar de estos esfuerzos, Alejandro Moreno reafirmó que los senadores del PRI han decidido votar en bloque en contra de la reforma. Moreno declaró que el PRI mantendrá una postura firme en defensa de la democracia y las instituciones del país, y que los 15 senadores del partido votarán en contra de la propuesta de reforma judicial, tal como se acordó con el Comité Ejecutivo Nacional del partido.
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