Quien aún portará la banda tricolor en su pecho por los próximos 26 días está como para ponerse a llorar. Y lo peor de todo, con descaro se regodea de su irresponsabilidad al tomar a chunga sus propias declaraciones en su último informe presidencial y confirmar que muchas fueron -como ya se había anticipado- mentiras.
Ante manifiestas limitaciones en la atención de los servicios médicos y el desabasto de medicinas, López Obrador tiene meses pregonando que a finalizar su sexenio México tendrá el mejor sistema de salud en el mundo. A pesar de la evidencia que la promesa es falsa, el domingo pasado en su último mensaje a la nación dijo que “El sistema de salud no es como el de Dinamarca, es mejor”. El pronunciamiento del inquilino de Palacio no solo provocó reacciones de admiración -por lo contradictorio- a nivel nacional, sino internacional. Y en la mañanera, una de las reporteras le preguntó muy seriamente, “Eso que usted dijo que el IMSS Bienestar es mejor que Dinamarca, fue una broma…”, el presidente la interrumpe con un “No, no, no”, mientras que ella le contesta “¿o fue para hacer enojar a sus opositores?” Y con una sonrisa en su rostro dijo, “También, para hacerlos enojar…”, y dijo que fue “para darles la nota” a los periodistas. “Le di dos o tres notas, como la de la votación -de la reforma del poder judicial- a mano alzada y… ”, y la reacción de la comunicadora fue “Ah, ¿fue un plan con maña?”, provocando una sonrisa más amplia del presidente y contestando con un “¡Claro…!” ¡Qué cínico!
Y efectivamente, era evidente que aquello que tenemos un sistema de salud mejor que Dinamarca, solo existe en la mente enferma de quien pronto ya no estará en Palacio -aparentemente-, y para confirmarlo con un caso actual, tenemos lo publicado ayer mismo al mediodía en la edición digital del periódico El Imparcial de Oaxaca, donde el encabezado principal decía: “Persisten rezagos en salud; suspenden cirugías en el Civil… Faltan insumos y medicamentos; el IMSS-Bienestar deja mucho que desear”, indica la asociación Con Causa. Mismo caso que puede estar sucediendo en estos momentos en otros nosocomios o clínicas de asistencia médica en cualquier rincón del país.
Pero lo más grave, es que quien entre otras cosas prometió “no mentir”, irresponsablemente miente como un perturbado con un asunto tan delicado como la salud de la población y cínicamente lo reconoce, supuestamente con el pretexto de “darles la nota” a los periodistas.
Con información de Informador
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