nio 28, 2024
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este viernes que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) no investigará a Amílcar Olán, beneficiario de numerosos contratos obtenidos mediante presunto tráfico de influencias por parte de sus hijos Andy y “Bobby” López Beltrán.
Interrogado en su conferencia matutina por la reportera Reyna Haydeé Ramírez sobre por qué no pide que se investigue al empresario, de quien Latinus ha revelado obtención de contratos de venta de balasto para el Tren Maya y sobornos para evadir las pruebas de calidad de la piedra, entre otros negocios, el mandatario dijo: “Para qué”.
Evidentemente molesto, se limitó a responder que cualquiera puede hacer la investigación y presentar una denuncia, y ante la insistencia de la periodista en el sentido de que “sería honroso” que él mismo pidiera a la UIF que investigara a Olán, respondió: “No, mis hijos… no, no, mis hijos van a publicar una carta y ya estoy cayendo en la provocación, Reyna, mejor así lo dejamos”.
El mandatario negó una vez más que haya pruebas de corrupción en contra de sus hijos, a pesar de las investigaciones que se han hecho al respecto, como es la serie de reportajes de “El Clan”, en los que el propio Amílcar Olán da detalles sobre sus negocios con la administración de López Obrador y gobiernos estatales.
Olán, amigo de Andy y Bobby, hijos del presidente, exhibe en las conversaciones que se han presentado en la serie “El Clan” detalles sobre obras, contratos que ha obtenido, la forma en que se ha beneficiado y las instrucciones que han dado ambos hermanos para que le otorguen contratos.
El mandatario se ha referido en estos días al periodista Carlos Loret de Mola después de que la periodista Peniley Ramírez reveló en una columna el sábado pasado que la Unidad de Inteligencia Financiera inició una investigación en su contra. Hoy, López Obrador negó que la entidad lo esté indagando.
A través de la serie “El Clan”, Latinus ha revelado audios en los que en su propia voz, Olán evidencia que ha ganado miles de millones de pesos gracias a contratos en el Tren Maya, Pemex, la refinería en Dos Bocas y la venta de medicinas a gobiernos e instituciones públicas.
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