El empresario libanés-mexicano fue exhibido en el libro “Los demonios del Edén”.
Jean Succar Kuri, quien cumplía una condena de 93 años de prisión por el delito de trata de menores y pornografía infantil, murió a los 79 años de edad en un hospital privado de Cancún. Reportes preliminares señalan que su muerte fue consecuencia de una insuficiencia cardiaca.El empresario de origén libanés es conocido por haber sido líder de una red de pornografía infantil y lavado de dinero en el estado de Quintana Roo, la cual fue exhibida por la periodista Lydia Cacho en su obra Los Demonios del Edén (2004).
En el libro, el nombre Succar Kuri figuró junto al de por lo menos 19 funcionarios públicos y empresarios internacionales, incluidos José Kamel Nacif y Mario Marín, exgobernador de Puebla, conocido como el “gober precioso”.Entre las evidencias que probaron los delitos que cometió estuvo una grabación de una conversación con una de sus víctimas, en la que reconoció que abusó sexualmente de varias niñas.Además, aceptó ante un juez federal que tuvo relaciones sexuales con al menos cinco menores de edad y que grababa los encuentros para luego difundirlos.
En 2004 fue detenido en Chandler, Arizona y posteriormente extraditado a México a solicitud del entonces procurador general y de Interpol. Un año después de su captura un juez federal le negó un amparo que su defensa estadounidense había solicitado para liberar más de 20 millones de dólares congelados en sus cuentas bancarias.
Años después de su aprehensión, en 2011, fue condenado a 112 años de prisión. Finalmente la pena se redujo a 93 años.
Estuvo preso en el penal federal de Chiapas y luego trasladado al Cereso de Cancún en septiembre de 2023, decisión que fue criticada por Lydia Cacho.
Una vez en Quintana Roo, su defensa legal buscó que le fuera concedido un amparo para que pudiera seguir cumpliendo su condena en prisión domiciliaria debido a los múltiples padecimientos que enfrentaba. Sería un juez federal quien decidiera sobre la solicitud en julio.
Días antes de su muerte una de sus víctimas, Edith Encalada, denunció que la defensa de oficio asignada por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas no le notificó sobre la audiencia. Sumado a ello exigió que Succar Kuri permaneciera recluso en Cancún.
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