En los estados de Veracruz y Chiapas, que son los principales productores mexicanos de este grano, la situación no es la más promisoria, de acuerdo con los propios cafetaleros.
El café, una de las bebidas favoritas en el mundo y de la cual se consumen dos mil 250 millones de tazas al día, sufre también los estragos del cambio climático, ya que las temperaturas en aumento reducen las tierras aptas para su cultivo y afectan su crecimiento, lo que se traduce en alteraciones del sabor, aroma y complejidad de la bebida.
Un estudio de World Coffee Research, organización formada por la industria mundial del café, señala que a medida que el mundo se calienta, los agricultores del café necesitan sembrar a mayores altitudes, pues el grano requiere un clima tropical con noches frescas y condiciones de humedad adecuadas, las cuales se están perdiendo en los trópicos, región donde tradicionalmente se produce el grano.
Por ello, los productores están abandonado el cultivo de la variedad arábica, que genera una bebida más aromática y suave al paladar, tiene menos cafeína, pero de producción más delicada, por la robusta que es más resistente al clima, plagas y condiciones adversas, aunque genera una bebida de sabor muy amargo y terroso.
Los productores están abandonando el cultivo de la variedad arábica, que genera una bebida más aromática y suave al paladar, por la robusta que es más resistente al clima, pero genera una bebida de sabor amargo y terroso
“Robusta no es una solución milagrosa para el cambio climático”, dijo Jennifer Vern Long, directora de World Coffee Research, en octubre pasado a Bloomberg.
Discussion about this post