La presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado una estrategia más agresiva para combatir el huachicol, tras reconocer que, en lugar de disminuir, el robo de combustible aumentó durante la administración de Andrés Manuel López Obrador. A pesar de los esfuerzos previos, Sheinbaum admitió que el problema persiste y que el combustible robado podría estar terminando en gasolineras o vendido a particulares.
La nueva estrategia de su gobierno busca desmantelar la cadena de distribución del huachicol, investigando desde el origen del combustible hasta su comercialización ilegal. Para lograrlo, el plan involucra la colaboración con el SAT, Profeco y las aduanas, con el objetivo de detener no solo el robo, sino también la venta de combustible robado. Sheinbaum se ha comprometido a erradicar esta actividad delictiva antes de que finalice su mandato en 2030, y asegura que las investigaciones se intensificarán en las áreas más afectadas.
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