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THE WALL STREET JOURNAL
Tiene la Presidenta Sheinbaum un problema: el legado de AMLO
Por José de Córdoba, Santiago Pérez y Steve Fisher
CIUDAD DE MÉXICO – Como la primera Presidenta de México, Claudia Sheinbaum está asumiendo el mando de un país que su popular mentor, el Presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, ha cambiado profundamente en solo unos meses desde la aplastante victoria de ella.
En su último gran acto el mes pasado, López Obrador logró que el Congreso aprobara una reforma al sistema judicial, obligando a los jueces federales a enfrentar elecciones. La legislación, que Sheinbaum dice haber apoyado, dividió al país y rápidamente reformuló los problemas económicos y geopolíticos que enfrentaría como Presidenta.
Los funcionarios estadounidenses señalan que los cambios judiciales corren el riesgo de descarrilar los lazos comerciales entre los dos países. Los jueces de la Suprema Corte de México dicen que la legislación debilita los contrapesos que sustentan la democracia de México, mientras los mercados financieros y los inversionistas advierten que las perspectivas económicas de México se han debilitado, lo que se refleja en el estancamiento de la inversión extranjera y en un peso que ha caído más de 15% frente al dólar desde las elecciones de junio.
Sheinbaum asume el cargo con las arcas vacías, un mayor control territorial y extorsión por parte de bandas criminales, y una creciente incertidumbre sobre la inversión privada debido a la reestructuración del poder judicial, expuso Carlos Heredia, un veterano activista a favor de la democracia.
“Es una herencia tóxica”, dijo Heredia, quien actualmente es profesor en la Universidad CIDE de México. “El temor es que el estado de derecho ya no importe y que continúe la concentración de poder”.
Sheinbaum, una política cuya plataforma de campaña se centró en consolidar las políticas establecidas por el carismático López Obrador, ahora debe enfrentar la realidad de que el legado de su mentor complicará su presidencia, indicaron analistas políticos. Amenaza con distraer la atención de retos como la cooperación en materia de seguridad con Estados Unidos, y la presión para mejorar la relación bilateral entre ambos países.
La lucha contra el crimen organizado, la renovación de un pacto de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, y el manejo de una relación potencialmente espinosa con la Casa Blanca, en caso de que el expresidente Donald Trump gane las elecciones de noviembre.
Sheinbaum, una científica de 62 años que fue Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, se ha comprometido a continuar la agenda de López Obrador: grandes apoyos de dinero en efectivo para los pobres de México y un mayor control estatal sobre sectores económicos clave.
Tiene las habilidades para manejar la compleja relación entre dos países que comparten una frontera de 3,150 kilómetros y que son el principal socio comercial uno del otro, dicen personas familiarizadas con su trabajo. Pero su tarea, anotan, podría verse trastocada si Trump gana las elecciones.
“Es probable que México esté en la línea de fuego” si Trump regresa a la Casa Blanca, señaló el viernes la firma de consultoría Capital Economics, con sede en Londres, en una nota a los inversionistas. “Trump apuntaría a la relación comercial de Estados Unidos con México, imponiendo altos aranceles a las importaciones. Ha prometido deportar a millones de inmigrantes y ha amenazado con ataques militares contra las bandas de narcotraficantes en México”.
Una victoria de Kamala Harris, en cambio, continuaría la estrecha coordinación de esfuerzos que han ayudado a la Administración Biden a frenar la migración con destino a Estados Unidos en los últimos meses.
Sin embargo, en un guiño a los sindicatos estadounidenses afectados por la reubicación de plantas de manufactura en México, Harris declaró el jueves que fue uno de solo 10 senadores que votaron en contra del T-MEC firmado bajo Trump, que se revisará en el 2026.
“Muchos de los que votaron a favor de este acuerdo condicionaron su apoyo a un proceso de revisión, que como Presidenta utilizaré”, escribió en X. “Ya basta”.
Estados Unidos necesita que México contenga a China en el ámbito del comercio mundial, consideró Alejandro Werner, ex Subsecretario de Finanzas y Crédito Público de México. Cree que después de tensiones y conversaciones complejas, es probable que ambos países lleguen a un acuerdo, dijo.
Por ahora, la reestructuración judicial de México, realizada como última acción de un Presidente saliente cuyas políticas a menudo chocaron con obstáculos en los tribunales del país, puede obstaculizar las negociaciones comerciales y dañar los fuertes vínculos construidos desde la creación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte hace 30 años, anotan inversionistas y diplomáticos estadounidenses.
Es probable que la reorganización del poder judicial distraiga significativamente de otras cuestiones apremiantes. Estos incluyen una desaceleración económica y una crisis en espiral a medida que las violentas bandas de narcotraficantes luchan por el control de amplias zonas de México. Sheinbaum carece de la personalidad carismática de López Obrador, cuyo estilo campechano y sus mañaneras diarias le permitieron establecer un vínculo personal con muchos mexicanos mientras duplicaba el salario mínimo y ampliaba los apoyos en efectivo a millones.
El canoso Presidente saliente ha dicho que se retirará de la política a su hacienda en el sur de México, pero muchos creen que seguirá siendo el poder detrás del trono de la presidencia.
Funcionarios estadounidenses y mexicanos están considerando establecer una unidad aprobada dentro de la Guardia Nacional de México que será preparada para buscar vínculos del crimen organizado y recibir capacitación en Estados Unidos, revelaron fuentes. Estas unidades estarían formadas por funcionarios designados para investigar y capturar a los jefes de la droga y los traficantes de inmigrantes.
También se espera que el General Ricardo Trevilla, quien fue designado por Sheinbaum como Secretario de Defensa, adopte una postura más dura contra el narcotráfico, dijo el General retirado Tomás Ángeles, quien se desempeñó como Subsecretario de Defensa de México.
“Espero más balazos y menos abrazos”, manifestó Ángeles, refiriéndose al lema de López Obrador de abordar la actividad criminal con “abrazos, no balazos”.
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