En la Ciudad de México, organizaciones de la sociedad civil lideradas por el empresario Claudio X. González están preparando una estrategia para fomentar la «resistencia civil pacífica» si el Congreso de la Unión avanza con la reforma constitucional al Poder Judicial. Durante una conferencia de prensa, Claudio X González anticipó que la reforma podría votarse en el Senado entre jueves y sábado, destacando que la oposición no tiene suficientes legisladores en la Cámara de Diputados para bloquear su aprobación.
Claudio X González hizo un llamado a presionar a los legisladores de oposición para que voten en contra de la reforma, asegurando su presencia en la sesión y evitando que abandonen sus escaños durante la discusión. La estrategia incluye una marcha, originalmente programada para el próximo domingo, organizada por Unid@s, que se adelantará en función del calendario de votación en el Senado. La marcha se dirige del Ángel de la Independencia al Senado, y se planea que los manifestantes se reúnan fuera del recinto legislativo, sin bloquear la sesión, con la intención de que la reforma sea votada y rechazada.
Como parte de la protesta, colocarán dos pantallas con un «democratómetro», que exhibirá las fotos de 43 legisladores opositores. Aquellos que manifiesten su compromiso de votar en contra de la reforma tendrán su foto marcada en verde, mientras que los que no clarifiquen su postura aparecerán con un signo de interrogación.
Hasta el momento, solo seis panistas, incluidos Marko Cortés y el exgobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, han confirmado su postura en contra de la reforma. Ningún legislador del PRI o de Movimiento Ciudadano ha respondido.
Claudio X. González insistió en que, si todos los legisladores de oposición votan en contra, se preservaría la autonomía del Poder Judicial, así como la división de poderes y la democracia en México. Añadió que, si el proceso legislativo se ve afectado por prácticas irregulares, como ha ocurrido en ocasiones anteriores con Morena, se activarían mecanismos institucionales para revertirlo. En el peor de los casos, González planteó la necesidad de mantener la participación ciudadana y, si es necesario, considerar la resistencia civil pacífica como forma de protesta ante lo que perciben como una amenaza a las garantías y derechos fundamentales de la justicia en el país.
La estrategia de la oposición está basada en votos conscientes e informados, y busca generar un debate sólido en la tribuna para rechazar la reforma judicial.
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