Ismael «El Mayo» Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, y Joaquín Guzmán López, hijo del otro fundador de la banda de narcotraficantes, Joaquín «El Chapo» Guzmán, este jueves fueron detenidos en Texas, según informó el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El fiscal general Merrick Garland calificó a este cártel como «una de las organizaciones de narcotráfico más violentas y poderosas del mundo». Ambos capos se enfrentan a «múltiples cargos en Estados Unidos por dirigir las operaciones delictivas del cártel, incluidas sus mortíferas redes de fabricación y tráfico de fentanilo«, señaló Garland en un comunicado emitido la tarde de este jueves.
La DEA ofrecía una recompensa de 15 millones de dólares por información que diera con el paradero de Ismael «El Mayo» Zambada, de 76 años y enfrenta una serie de acusaciones por delitos relacionados con el narcotráfico y el crimen organizado en Estados Unidos.
En febrero, fiscales federales estadounidenses acusaron a «El Mayo» Zambada de conspiración para exportar a Estados Unidos cantidades significativas de cocaína, heroína, mariguana, metanfetaminas y enervantes sintéticos elaborados con fentanilo en varios estados; entre estos, Nueva York, Texas, California, Nueva York, Illinois y hasta en la capital estadunidense.
Por la acusación de conspiración para exportar y distribuir drogas a Estados Unido, si es declarado culpable en un juicio y en una Corte Federal, Ismael “El Mayo” Zambada García puede ser sentenciado a cadena perpetua.
Joaquín Guzmán López es uno de los llamados «Chapitos«, los hijos del narcotraficante El Chapo Guzmán, quien fuera jefe del cartel de Sinaloa y que cumple cadena perpetua en una cárcel estadounidense.
Tras la captura en enero de 2016 de El Chapo y su extradición a Estados Unidos al año siguiente, sus hijos se convirtieron en pieza clave de la organización delicitiva. Uno de ellos, Ovidio Guzmán, fue entregado también a la justicia estadounidense en septiembre pasado. A diferencia de su hermano Ovidio, Joaquín ha mantenido un perfil más bajo dentro de la organización.
Joaquin junto con su hermano Ovidio, ha gestionado múltiples aspectos del negocio ilícito de la familia. Joaquín Guzmán supervisa alrededor de once laboratorios de metanfetamina en Sinaloa, produciendo entre 1.400 y 2.700 kilos de drogas mensualmente.
Las autoridades estadounidenses acusaron por primera vez a Joaquín Guzmán López en 2018 en una corte federal de Washington DC, y en abril de este año, se le imputaron nuevos cargos en el Distrito Norte de Illinois. El Departamento del Tesoro señaló que Joaquín Guzmán López “está involucrado en la gestión de súper laboratorios”, abastecidos frecuentemente por una red dirigida por los hermanos Ludim y Luis Alfonso Zamudio Lerma, radicados en Sinaloa, dedicados al tráfico de drogas ilícitas hacia Estados Unidos.
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