La Policía Nacional de Colombia detuvo a un mexicano señalado por liderar una red de trata de personas con fines de explotación sexual; llevaba mujeres a Cancún y Mérida.
Después de tres meses de seguirle la pista, elementos de la Policía Nacional de Colombia detuvieron a Cristóbal Paulino Fernández Viamonte, quien era considerado como una de las personas más buscadas en el mundo por parte de las autoridades mexicanas.
El presunto criminal de origen cubano-mexicano es requerido por la justicia mexicana para responder a los señalamientos en su contra por supuestamente pertenecer a una red de trata de personas con fines de explotación sexual.
De acuerdo con la investigación de las autoridades mexicanas y colombianas, Cristóbal Paulino Fernández Viamonte se encargaba de convencer -a veces con engaños- a mujeres para que viajaran a zonas turísticas mexicanas y trabajaran como “damas de compañía” y meseras.
Su principal área de operación era en las ciudades deMérida, Yucatán, y Cancún, Quintana Roo, donde recientemente las autoridades mexicanas desmantelaron varios establecimientos nocturnos en los que se explotaba sexualmente a mujeres de diferentes países, principalmente provenientes de Sudamérica.
Su detención se logró -según el parte de las autoridades- después de seguir sus movimientos por 90 días, lo que llevó a la Policía Nacional a ubicarlo en un centro comercial, ahí lo aprehendieron una vez que terminó con su rutina deportiva en un gimnasio.
Así operaba Cristóbal Paulino Fernández
Una vez detenido, Cristóbal Paulino Fernández Viamonte fue puesto a disposición de la Fiscalía de Colombia, a la espera de que su contraparte mexicana, la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), inicien el proceso para su extradición a México.
La investigación de las autoridades refiere que después de convencer a las mujeres para que viajaran a México, el ahora detenido cubría con todos sus gastos, mismos que luego les cobraba con altos intereses, lo que se convertía en una deuda imposible de pagar y que obligaba a las jóvenes a seguir trabajando en la prostitución.
“Las obligaban a firmar un contrato (en el que) les imponían una deuda imposible de pagar con gastos que no eran pactados desde su salida de Colombia a fin de tenerlas esclavizadas”, se lee en el parte de la Policía Nacional de Colombia.
Los perfiles que buscada era de mujeres de escasos recursos y en condiciones vulnerables; la mayoría de ellas vivían en algunos de los barrios más pobres de las ciudades de Cali, Bogotá y Medellín, siendo esta última ciudad donde la Policía Nacional de Colombia capturó a Cristóbal Paulino Fernández.
Fernández Viamonte trabajaba con otras personas a quienes ofrecía sumas de dinero para reclutar mujeres, mientras él vivía en una vida de lujos en Colombia haciéndose pasar por un exitoso empresario.
Las investigaciones realizadas en Colombia refieren que operó esta red de trata de personas en su modalidad de explotación sexual por los últimos cuatro años y que vivía en una casa de campo ubicada en Medellín, hasta donde se transportaba en autos blindados y con un fuerte operativo de seguridad que lo custodiaba.
Hasta el momento se desconoce el número de víctimas que cayeron en su red de trata; tampoco se sabe demasiado sobre sus contactos en México o si trabajaba para alguno de los cárteles mexicanos señalados por explotar sexualmente a mujeres en la zona turística del Caribe: el Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel del Golfo y Los Zetas.
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